En crisis, el radicalismo cordobés empieza a mirar cómo reconstruirse desde el lunes 27 de octubre, cuando quede conformado el nuevo tablero político de Córdoba. En él no estará Rodrigo de Loredo, quien no pudo conducir el proceso interno de su partido y se quedará sin su banca en Diputados. Ese día también se sabrá cuál será el futuro de Ramón Mestre, quien enfrenta un escenario de todo o nada.
Un grupo de intendentes posó con Juan Schiaretti y se comprometió a abrevar en Provincias Unidas, con Maximiliano Pillaro como excusa para forjar la alianza con el peronismo, hecha sobre la base de los fondos para micro obra pública que dispone el Gobierno de Martín Llaryora. Sin embargo, varios de estos se quejan (por ahora en off) de haber sido “apretados” para posar junto a “el Gringo”.
En ese marco, sin liderazgos internos y con un grupo en fuga, legisladores e intendentes del interior de Córdoba comenzaron a tramar el radicalismo que viene, un horizonte en el que Mestre y De Loredo no aparecen como líderes absolutos. Así, empiezan a hablar de armar un nuevo núcleo interno para llegar al armado de listas de 2027 sentados en la mesa y con la lapicera en la mano.
Schiaretti cerró un acuerdo electoral con 130 intendentes radicales y del PRO
La foto de los intendentes que ahora se autoproclaman “pullaristas” fue un baldazo hacia dentro del radicalismo. En primera fila estaba Javier Defagot, quien llegó a la intendencia de Arias de la mano de Matías Gvozdenovich, el jefe de bloque de la UCR en la Unicameral. Él, justamente, es uno de los que vería con buenos ojos la construcción de un nuevo espacio de poder desde el interior. “El radicalismo está sumido en una crisis por la pelea de los radicales de la ciudad de Córdoba”, dicen cerca de Gvozdenovich, un aliado de De Loredo que empieza a ver que el diputado saliente no manejó la interna que le explotó en el escritorio del juez electoral de Córdoba.
Es un grupo de radicales que está en “negociaciones permanentes” con Luis Juez, con la posibilidad de reconstruir un acuerdo para enfrentar a Llaryora en 2027. “El verdadero socio de Juez es el radicalismo que gobierna”, dicen en este grupo que se reúne periódicamente con Walter Nostrala y otros legisladores juecistas. En el Frente Cívico también hay intención de recrear la alianza que le dio a Juez “territorialidad” durante la última elección provincial.
La clave electoral es cómo renovarán sus bancas sus bancas los radicales que llegaron de la mano de Juez, cuando el senador ganó la elección en el interior y perdió en la ciudad de Córdoba.